6 de septiembre de 2013

 

“Triunfando En La Batalla”

Salmos 17:1-15

 

Salmos 39:1-13

 

La vida de David estaba llena de batallas y de conflictos.  Como joven, batallaba con un oso y hasta con un león, para proteger a sus ovejas.

 

Mas tarde, estaba dispuesto a arriesgar todo delante de Goliat, cuando la mayoría de los hombres se quedaban en un pavor.

 

Antes de tomar la posición de rey, tenia que huir de Saúl por mucho tiempo, y se cree que esto fue el tiempo de este Salmo.

 

Pero no era el fin, sino que mas tarde tenia que huir de su propio hijo, Absalom, que por un motín estaba dispuesto a  matar a su propio padre.

 

Pero David siempre tenia la capacidad de sobrevivir, y de triunfar, sea lo que sea el peligro.  Y en el salmo de hoy aprenderemos un poco del secreto de los triunfos constantes.

 

1) Antes que nada, David no confiaba en su propio poder, sino que siempre acudía a Dios, sabiendo que sus enemigos eran muy formidables para él.

 

Como todo Cristiano exitoso, su poder vino de su oración.  Como un hombre del gobierno, de influencia, que honraba la palabra, siempre fue percibido como una amenaza a los malvados.

 

1) Sabia que era absurdo traer un asunto a Dios que no era justo, o venir orando solamente como rutina.  Empezó afirmando que su petición era justa.

 

Fue acusado de buscar la vida de Saúl, de motín en contra del gobierno, pero todo esto era mentira.  En ese caso, David vino con la conciencia limpia.

 

2) Sabia que solo, seria imposible comprobar su inocencia, de convencer a todos que era honesto.  Pero con el poder del que controla cada asunto por la providencia, seria posible hacer una, o hasta varias demostraciones de su lealtad.

 

Para la vindicación de su causa, se necesitaba algo espectacular, algo que pudo comprobar su caso delante de todos.

 

Pero no se trató el de organizar lo solo, sabia que personalmente era incapaz. 

 

1 Samuel 24:1-12     Cuando Saúl volvió de perseguir a los

filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi.

 

2 Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.   Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.  Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.

 

5 Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.  Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.  Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.

 

 

 

8 También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: !!Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia.  Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?

 

10 He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová.  Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.   Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti.

 

Esto fue una oportunidad estupenda para comprobar delante de todos, que no quiso atacar a Saúl.  Era mejor que ir a una corte con abogados y evidencias.  Dios contestó la oración de David, con circunstancias especiales, que ningún hombre pudiera organizar.

 

3) David no dijo que era siempre libre de pecado, pero en cuanto a esa acusación, de un golpe militar, sí era inocente.  Tan inocente que pedía la justicia en su oración.  Confiando en que Dios estaba a su lado, que su caso era justo, y que no estaba escondiendo ninguna iniquidad secreta.                                  

 

3) Hasta dijo que luchaba, con diligencia en contra del pecado. Estaba determinado a no pecar con su boca, sabiendo que los pecados de los labios eran los mas comunes.

Santiago 3:2   Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno

no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.

 

David sabia que con Dios, la santidad es sumamente importante, y confirmaba que era una gran prioridad para él, también.

4) David era humilde.  Sabia que su capacidad de vivir una vida recta, no estaba en él mismo.  Sino que David fue guiado por la pura palabra de Dios.

 

Que meditando en la ley, en la historia del pueblo, recibió recursos divinos, poder del Espíritu.

 

Salmos 119:9-11 ¿Con qué limpiará el joven su camino?

     Con guardar tu palabra.

Con todo mi corazón te he buscado;

No me dejes desviarme de tus mandamientos.  En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.

 

Ya podemos ver como David vivía triunfando.  Confiaba en la oración, no en su propia capacidad.  Después, empleaba los medios de la gracia, llenando su espíritu con la palabra como su guía.  Querría vivir en la santidad, y estaba dispuesto a invertir el tiempo necesario en los medios.

 

5) Otra vez mas, no estaba confiando en si mismo.  Tenia una dependencia completa de Dios, día tras día.   Sabia que su carne estaba susceptible a la caída como cualquier hombre, pero con la ayuda diaria, pudo triunfar.

 

Cristo nos dijo algo semejante en el padre nuestro en el  nuevo testamento.

 

Mateo 6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del

mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

 

David no confiaba en si mismo, sabia que como cualquier hombre, era de carne y hueso, caído en Adán, con el corazón engañoso.  Pero constante en la oración, el triunfo era posible.

 

6) David venia con fe.  Ya tenia mucha experiencia con Dios.  No era una fe ciega.  David confiaba en las promesas y en su propia experiencia con Dios en el pasado.

 

1 Samuel 17:32-37    Y dijo David a Saúl: No desmaye el

corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.  Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él;

porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.  David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.

 

36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.  Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

 

Confiando en las promesas, recordando las victorias del pasado, confiando en la fidelidad de su Dios, David andaba de victoria en victoria, de un triunfo a otro triunfo en las batallas de su vida.

 

7) Otro aspecto, es que David buscaba maneras en que Dios pudo glorificar a si mismo contestando su petición.  Como Moisés, David sabia meter el tema de la gloria de Dios en sus oraciones.

 

Deuteronomio 9:25-28 Me postré, pues, delante de Jehová;

cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque Jehová dijo que os había de destruir.   Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa.  Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado,  no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.

 

Moisés era otro hombre triunfante en las batallas, porque Moisés oraba no solamente hablando de las necesidades del pueblo, sino que incluía, la importancia de la gloria de Dios en sus peticiones.

 

8-9) Conforme a las promesas del pacto, somos muy queridos, un tesoro especial para Dios, y David mencionó esto también.  Mostrando que entendía los términos del pacto, que era algo real, e importante.

 

Muchos hermanos son débiles, porque solamente piensan en sus problemas urgentes.  No han tenido el habito de la oración, no han llenado sus corazones con la palabra, no han desarrollado una historia de experiencias con Dios.

 

Casi no piensan en la gloria de Dios, esto es algo que ni va a entrar en sus mentes.  Y por supuesto, para ellos el pacto es simplemente un gran misterio.

 

Pero si tu hermana, si tu hermano quieres vivir triunfando en las batallas, te puedes aprender mucho de la vida de David, revelado en los salmos.

 

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Ahora David va a hablar mas de sus enemigos.  Porque cualquier que camina con Dios en serio, tendrá enemigos.

 

Puede ser que sean enemigos humanos, pero siempre habrá enemigos espirituales.

 

Pero los que son formidables, fructíferos en la fe, tendrán enemigos, humanos, en el mundo.

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9-10) Muchas veces los que nos atacan, son prósperos económicamente.  Esto es lo que quiere decir cuando hablan de hombres “envueltos con su grosura”. 

 

Cuando había mucha escasez de comida, todos los gordos eran ricos.

 

Hablan como arrogantes, porque según los del mundo, son exitosos.  No buscan a Dios.  No confían en Dios.  Creen que ellos mismos pueden prosperar por su propia inteligencia.

 

 

Insistan en que los que confían en Dios son débiles.  Que con tus propias fuerzas te puedes avanzar en este mundo, y no puedes buscar la ayuda de nadie.

 

11) Estos frecuentemente buscan la manera de acabar con los Cristianos y con nuestra influencia.  En el fondo saben ellos que nuestra fe es la verdad.  Pero buscan maneras de negar la, y de detener la verdad con su injusticia.

 

Nuestra presencia, nuestra influencia en el mundo es para ellos una gran irritación, y cuando pueden, buscan maneras de atacar la fe Cristiana.

 

12) Son feroces en su odio, rapaces en su furia.  Pero no pueden hacer mas de lo que Dios ha permito.  Por esto David querría vivir cerca de Dios, confiando en sus promesas.  Vivía en la oración y en la meditación, porque sabia que el peligro estaba en todos lados.

 

13) Ahora, lentamente preparando se en la oración, David era mas directo, rogando a su Dios, con animo, con entusiasmo, que su enemigos sean frustrados en sus ataques.

 

Y David lo dijo como una persona desesperada, sabiendo que su vida, su futuro estaba en peligro.

 

Si a ti esto te parece una forma extraña de orar, puede ser porque somos muy consentidos aquí en los estados unidos, pero es posible que tenemos hermanos en Egipto, o en Siria, en estos momentos que están orando así, porque sus vidas están en peligro, delante de los enemigos de nuestra fe.

 

13-14) Los incrédulos pueden estar llenos de los tesoros de este mundo.  Job comentaba sobre esto, y David en otras partes.

 

Está mencionado para que sepamos que esto pasa.  Como el rico que no dio nada a Lázaro, en el libro de Lucas.  Todo lo bueno que van a tener, está en este mundo, y a veces es mucho.

 

Ellos no piensan en la vida venidera, en la vida eterna.

Esto en entrará en su mente.  Para ellos este mundo es todo.

Reconocemos que estas personas existan, que Dios tiene sus razones por permitir su prosperidad y sus ataques en nuestra contra, pero si queremos vivir triunfando en las batallas, hay manera.  Y David aquí nos está enseñando.

 

15) David entendía algo de la resurrección.  Sabia que esa vida no es todo.  Que después de derramar su corazón en oración, pudo seguir adelante en frente de toda forma de oposición.  Sabia que con Dios pudo vivir, triunfando en las batallas.

 

*------------------------ Aplicación -----------------------*

 

Vivimos en tiempos peligrosos, muy peligrosos.  Mucha de la noticia habla ahora de la posibilidad de otra guerra.  Y esa vez puede ser la guerra mas peligrosa de este siglo.

 

Lo triste es que nuestro país no ha sido sincero con Dios, que los estados unidos ya no han seguido los preceptos de la Santa Palabra.

 

Es peligroso presumir, que podemos triunfar en todas la batallas, cuando realmente no estamos fielmente siguiendo al Dios verdadero.

 

Amós 3:3  ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?

 

¿Podemos creer que Dios estará con nosotros, cuando gran parte del país tiene su guerra mas fuerte con las Santas Escrituras?

 

Ahora no es tiempo de presunción, sino de humillación y de arrepentimiento, como nación.  David triunfaba en las batallas porque era sincero, atento a la palabra, sujetado al precepto.   Antes en la historia de este país, éramos mas o menos fiel a la palabra, pero ahora no.

 

Entrando en una guerra, arrogantemente pudiera ser un desastre.  Lo que el pías mas necesita es renovar se espiritualmente en fe y en arrepentimiento.  De otra manera el futuro puede ser espantoso.

 

En esta mañana salio una amenaza de parte de Irán, de que si nuestro país decide atacar a Siria, que una seria de terrorismos resultará, incluyendo la promesa de que unas de la hijas del presidente Obama será secuestrada, violada, y asesinada.

 

Esto es el mundo feo en que estamos viviendo.  Y no podemos esperar los triunfos de David, hasta que practicamos, como país otra vez, la fidelidad de David.

 

Hasta que estemos sinceros, fervientes en oración, dedicados a la palabra, como la autoridad infalible de nuestras vidas, y buscando siempre la gloria del Dios revelado en la Biblia.

 

Es tiempo de orar en serio para nuestro futuro, y el de nuestros hijos y nuestros hermanos en otras partes del mundo.

 

                          Vamos a orar.