10 de marzo de 2013

ÁTodo Para Mi!

Jon‡s 4:1-11

 

Hasta la fecha, Dios ha sido mas que paciente con Jon‡s.  Primeramente, Jon‡s, en su rebeld’a, no quiso ni ir a N’nive, sino que tomo una barca por la direcci—n opuesta.

 

DespuŽs en la gran tormenta, Dios no solamente derram— su gracia sobre Jon‡s, sino que salv— muchos marineros que antes ni segu’an el Dios verdadero.

 

Jon‡s 1:16 Y temieron aquellos hombres a Jehov‡ con gran

temor, y ofrecieron sacrificio a Jehov‡, e hicieron votos.

 

Aun antes de llegar a N’nive, Dios estaba salvando a pecadores que no eran del pueblo de Israel.

 

DespuŽs, con la ayuda de un gran pez que Dios prepar—, Jon‡s finalmente se arrepent’a de su rebeld’a y por fin empez— a cumplir la tarea que Dios le dio.

 

Jon‡s 2:9 Mas yo con voz de alabanza te ofrecerŽ sacrificios;

PagarŽ lo que promet’.  La salvaci—n es de Jehov‡.

 

Finalmente llegando a N’nive, toda la cuidad se arrepent’a, y Dios estaba salvando a mas personas perdidas que no eran de Israel.  Era glorioso, el avivamiento mas grande en toda la historia del mundo.  La gracia y la misericordia de Dios fue manifestado sin limite.

 

Jon‡s 3:5-6    Y los hombres de N’nive creyeron a Dios, y

proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.  Y lleg— la noticia hasta el rey de N’nive, y se levant— de su silla, se despoj— de su vestido, y se cubri— de cilicio y se sent— sobre ceniza.

 

Y muchos prefieren dejar la historia aqu’, con todos felices, y con Dios glorificado.  Pero el Esp’ritu Santo tiene mas que ense–ar nos con este libro, much’simo mas.

 

Con la historia de Jon‡s, Dios ha revelado el evangelio.

 

El capitulo tres termin— con Dios cancelando el juicio anunciado, viendo el gran arrepentimiento de la cuidad.

 

Jon‡s 3:10 Y vio Dios lo que hicieron, que se

convirtieron de su mal camino; y se arrepinti— del mal que hab’a dicho que les har’a, y no lo hizo.

 

1) Jon‡s estaba sumamente enojado, y nota lo, estaba enojado con Dios.  A Jon‡s no le gustaba nada, de lo que Dios estaba haciendo.  Y esto es la manera de vivir en miseria aun en esta vida, decidir que est‡s en contra de lo que Dios est‡ haciendo.

 

2-3) En su perversidad, Jon‡s querr’a morir, us— la oraci—n para reprender a Dios y para justificar su pecado.  Antes Jon‡s arrepent’a de su rebeld’a temprana, pero ahora estaba justificando la.  O sea, estaba arrepintiendo de su arrepentimiento.

 

2-3) Jon‡s estaba rega–ando a Dios por su clemencia y su misericordia.   Bueno, le gust— la misericordia cuando era para Žl mismo, pero odiaba la misericordia cuando era derramada sobre los que no eran jud’os.  Jon‡s estaba mostrando su ego’smo, como que estaba pensando, todo para m’, olvida de una vez los dem‡s, olv’date por favor, Dios, de mis enemigos.

 

Ese nivel de ego’smo parece absurdo cuando lo veamos en otros, pero a veces razonable, defendible, cuando est‡ en nosotros.

 

4) Dios no se enoj—, al contrario, ni le critic—, sino que mostrando aun mas misericordia, respondi— con una pregunta, razonando con el profeta irrazonable.

 

5) Antes que nada, Jon‡s ni contestaba a Dios.  Dios le hizo una pregunta, con toda paciencia y amor, y Jon‡s ni quiere responder.

 

Jon‡s salio de la cuidad, donde ahora seguramente seria bien recibido por traer el mensaje de salvaci—n, pero Jon‡s no quiere pasar mas tiempo con ellos.

 

Sino que quiere observar la destrucci—n, como la de Sodoma y Gomorra, con fuego o con terremoto.  No quiere ver la cuidad salvada. 

Quiere mirar a la cuidad de lejos, como Abraham observ— la destrucci—n de Sodoma.

GŽnesis 19:27-28     Y subi— Abraham por la ma–ana al lugar

donde hab’a estado delante de Jehov‡. Y mir— hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura mir—; y he aqu’ que el humo sub’a de la tierra como el humo de un horno.

 

5) Y mira como Jon‡s prepar— un lugarcito all‡ en la sombra, un lugar c—modo para observar el espect‡culo.  Para Jon‡s, su comodidad personal era muy importante. ÀY tu?

 

6) La calabacera era una planta con hojas muy grandes, y con Žsta Jon‡s finalmente se sent’a alivio de los rayos del sol.

 

Y mira como Jon‡s finalmente era feliz, y agradable.  ÀPor quŽ?  Por que ahora Dios estaba alimentando a su comodidad.  Jon‡s pensaba todo para mi.  Si Dios quiere bendicir a mi comodidad personal, est‡ bien, se puede quedar se en el trono, pero si quiere gastar recursos para ayudar a mis enemigos, entonces yo voy a enojar me.  Todo, todo todo para mi.

 

7) Si no aprendes nada mas en esta ma–ana, aprende esto para ti y especialmente para tus hijos, Dios no te va a ayudar, cuando caigas en el ego’smo de Jon‡s.  Al contrario, le va a mandar un gusano.

 

8) Otra vez, Jon‡s dice a Dios, en su cara, Òsi no podemos jugar el juego conforme a mis reglas, si yo no estoy sobre el trono, entonces yo no quiero jugar, para nada.  Tienes que entender o Dios, esto son las reglas.  ÁTODO PARA MI!

 

9) Y Dios sigue con la calma, en medio de todas estas blasfemias.  Es pura iron’a, Jon‡s condena a Dios por su misericordia, mientras todo tiempo est‡ disfrutando de su misericordia.  Jon‡s est‡ portando se como un necio, en su ego’smo, y ni se da cuenta.

 

10) Dios viene con razonamientos.  Y esto es importante.  Muchos creen hoy en d’a que la fe Cristiana se base en sentimientos y en experiencias bonitas.  Pero Cristo dijo que tenemos que amar a Dios con todas nuestras mentes. 

Nuestra fe es racional, l—gica, y Dios viene ya a Jon‡s con razones l—gicas.  Dios nos ha dado cerebros y quiere vernos usando los.

10) Esa planta era poca cosa, y de muy corta duraci—n.  Es mas, Jon‡s no ha invertido nada realmente en esa planta.  Vino como regalo de Dios, y ahora Dios lo quit—.  Jon‡s deber’a de responder como Job que estamos estudiando en los viernes.

 

Job 1:21  Desnudo sal’ del vientre de mi madre, y desnudo

volverŽ all‡. Jehov‡ dio, y Jehov‡ quit—; sea el nombre de Jehov‡ bendito.

 

10-11) Esa planta no era nada, nada mas que su comodidad personal.  Pero N’nive era enorme.  Una cuidad en que yo he invertido, dice Dios, ya por siglos.  N’nive estaba llena de ni–os, miles y miles de ni–os, que iban a estar destruidos.

 

Un ni–o tenia mas valor que millones y millones de plantas calabaceras.  Cristo nos ense–o que un alma vale mas que todo el mundo.

 

Marcos 8:34-37 Y llamando a la gente y a sus disc’pulos, les

dijo: Si alguno quiere venir en pos de m’, niŽguese a s’ mismo, y tome su cruz, y s’game.

Porque todo el que quiera salvar su vida, la perder‡; y todo el que pierda su vida por causa de m’ y del evangelio, la salvar‡.

Porque ÀquŽ aprovechar‡ al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?  ÀO quŽ recompensa dar‡ el hombre por su alma?

 

Aun si un pecador ganaba todo el mundo con su pecado, no pudiera comprar una rescate con esto.   Solamente una alma vale mas que todo el mundo, y Jon‡s estaba aqu’ portando se  como uno llor—n en la presencia de Dios, por su planta.

 

ÀSe arrepent’a mas tarde? Yo creo que si.  Jon‡s escribi— la historia.  Y normalmente uno no quiere revelar como se ha portado como un necio, hasta que realmente ha arrepentido.

 

Yo creo que Jon‡s s’ se arrepent’a finalmente.  Pero los jud’os no.  Esa actitud ser‡ aun mas presente entre el pueblo jud’o, cuando Cristo viene para realmente llevar el evangelio a los pecadores.

 

*-------------------------- Doctrina -----------------------

El gran obst‡culo, bloqueando el avance de evangelio, es personas que solamente piensan en su comodidad personal, y no tienen como Dios un coraz—n para los perdidos. 

Personas como Jon‡s que realmente piensan, Òtodo para mi.Ó

 

Es cierto que N’nive era un gran enemigo de los jud’os, pero Cristo vino ense–ando nos a amar hasta nuestros enemigos.

 

Mateo 5:43-45  O’steis que fue dicho: Amar‡s a tu pr—jimo, y

aborrecer‡s a tu enemigo.  Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que se‡is hijos de vuestro Padre que est‡ en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

 

Los jud’os no querr’an aceptar esto, y tal vez tu no quieres aceptar esto.  Tal vez tu piensas como Jon‡s, Dios s’ puede quedar se en el trono, siempre y cuando es, todo para me.

 

Y esto de amar a nuestros enemigos no era algo nuevo, sino que se ve en otras partes de testamento antiguo, hasta en la ley.

 

ƒxodo 23:4-5   Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno

extraviado, vuelve a llev‡rselo.  Si vieres el asno del que te aborrece ca’do debajo de su carga, Àle dejar‡s sin ayuda? Antes bien le ayudar‡s a levantarlo.

 

Hoy en d’a hay muchos Cristianos que parecen como que se odian a los musulmanes.  Crean que todos son terrositas, o que ayudan a los terroristas.  Esto es el esp’ritu de Jon‡s.

 

Debemos de orar por estas personas, y hacer lo posible para llevar les el evangelio.

 

Lucas 9:52-56  Y envi— mensajeros delante de Žl, los cuales

fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.  Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a JerusalŽn.  Viendo esto sus disc’pulos Jacobo y Juan, dijeron: Se–or, Àquieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo El’as, y los consuma?  Entonces volviŽndose Žl, los reprendi—, diciendo: Vosotros no sabŽis de quŽ esp’ritu sois;

 

porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

 

Los jud’os en el tiempo de Cristo, criticaban mucho a Žl por pasar tiempo con los pecadores.

 

Mateo 9:11-13  Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los

disc’pulos: ÀPor quŽ come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?  Al o’r esto Jesœs, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de mŽdico, sino los enfermos.  Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

 

Cristo tenia gran interŽs en los perdidos, pero los fariseos estaban en su contra.  ÀY tu?  Eres tu mas como Cristo, o mas como los fariseos.  Eres mas como Cristo, o mas como Jon‡s, pensando todo para mi.   Mi dinero, mi trabajo, mi familia, esto es todo, todo para mi.

 

Los jud’os se portaban como el hijo mayor en la par‡bola del hijo prodigo.  El que estaba enojado con el padre por extender la misericordia al hermano pecador.

 

Lucas 15:25-30 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando

vino, y lleg— cerca de la casa, oy— la mœsica y las danzas;  y llamando a uno de los criados, le pregunt— quŽ era aquello.  ƒl le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.  Entonces se enoj—, y no quer’a entrar. Sali— por tanto su padre, y le rogaba que entrase.  Mas Žl, respondiendo, dijo al padre: He aqu’, tantos a–os te sirvo, no habiŽndote desobedecido jam‡s, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.  Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para Žl el becerro gordo.

 

Este, se enoj— como Jon‡s, querr’a su celebraci—n, no le interesaba nada la de su hermano, estaba pensando, ÒTodo para miÓ.  As’ pensaban los fariseos, y esta historia realmente estaba en contra de ellos.

 

Los fariseos tambiŽn eran como los religiosos en la par‡bola del buen samaritano.

 

Lucas 10:30-33 Respondiendo Jesœs, dijo: Un hombre descend’a

de JerusalŽn a Jeric—, y cay— en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriŽndole, se fueron, dej‡ndole medio muerto.

Aconteci— que descendi— un sacerdote por aquel camino, y viŽndole, pas— de largo.   Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viŽndole, pas— de largo.  Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de Žl, y viŽndole, fue movido a misericordia;

 

Los jud’os religiosos, no ten’an tiempo para el que era atacado, ellos estaban muy ocupados, pensando, ÒTodo para miÓ.

 

Los jud’os como en el tiempo de Jon‡s, ni querr’an arrepentir se, ni querr’an ver el evangelio ir fuera a los gentiles.

 

Lucas 4:25-30  Y en verdad os digo que muchas viudas hab’a en

Israel en los d’as de El’as, cuando el cielo fue cerrado por tres a–os y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;  pero a ninguna de ellas fue enviado El’as, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sid—n.  Y muchos leprosos hab’a en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naam‡n el sirio.   Al o’r estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira;   y levant‡ndose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despe–arle.  Mas Žl pas— por en medio de ellos, y se fue.

 

Cristo simplemente citaba en el testamento antiguo, como Dios expresaba amor y ayuda para los que no eran jud’os, y por esto, los jud’os querr’an matar lo, pensando, Òlas bendiciones de Dios son para nosotros, todas para nosotros

 

Y cuando San Pablo dijo que tenia que llevar el evangelio a los no Jud’os, los Jud’os dijeron que no conven’a que viviera.

 

Hechos 22:19-22 Yo dije: Se–or, ellos saben que yo

encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que cre’an en ti; y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo tambiŽn estaba presente, y consent’a en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pero me dijo: Ve, porque yo te enviarŽ lejos a los gentiles.  Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva.

 

ÒÀNo te entiendas Pablo? Es todo para nosotros, Átodo para mi!Ó  Esto fue la ruina de los fariseos, por esto no pudieron producir el fruto que Dios querr’a ver.

 

Lucas 13:6-9   Dijo tambiŽn esta par‡bola: Ten’a un hombre

una higuera plantada en su vi–a, y vino a buscar fruto en ella, y no lo hall—.  Y dijo al vi–ador: He aqu’, hace tres a–os que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; c—rtala; Àpara quŽ inutiliza tambiŽn la tierra?  ƒl entonces, respondiendo, le dijo: Se–or, dŽjala todav’a este a–o, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.  Y si diere fruto, bien; y si no, la cortar‡s despuŽs.

 

El pueblo jud’o era como esa higuera sin fruto, se recib’a mas tiempo, pero en el a–o, AD noventa, estaba cortada, por falta de fruto.  ÀY tu?

 

Mateo 21:33-43 O’d otra par‡bola: Hubo un hombre, padre de

familia, el cual plant— una vi–a, la cerc— de vallado, cav— en ella un lagar, edific— una torre, y la arrend— a unos labradores, y se fue lejos. Y cuando se acerc— el tiempo de los frutos, envi— sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.  Envi— de nuevo otros siervos, m‡s que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.  Finalmente les envi— su hijo, diciendo: Tendr‡n respeto a mi hijo.

 

Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre s’: Este es el heredero; venid, matŽmosle, y apoderŽmonos de su heredad.

Y tom‡ndole, le echaron fuera de la vi–a, y le mataron.  Cuando venga, pues, el se–or de la vi–a, ÀquŽ har‡ a aquellos labradores?  Le dijeron: A los malos destruir‡ sin misericordia, y arrendar‡ su vi–a a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.  Jesœs les dijo: ÀNunca le’steis en las Escrituras:  La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ‡ngulo.  El Se–or ha hecho esto,

               Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?

               Por tanto os digo, que el reino de Dios ser‡

quitado de vosotros, y ser‡ dado a gente que produzca los frutos de Žl.

 

ÀPero de quien estaba hablando?

Mateo 21:45    Y oyendo sus par‡bolas los principales

sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos.

 

*-------------------------- Aplicaci—n ---------------------

En fin, el ego’smo no termin— con Jon‡s, sino que estaba en todos lados en el tiempo de Cristo, y tal vez est‡ en tu coraz—n tambiŽn, en esta ma–ana, si vives solamente para ti.

 

Si tu estas viviendo en el ego’smo, Dios le va a traer disciplina.

 

Apocalipsis 3:17-19  Porque tœ dices: Yo soy rico, y me he

enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tœ eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.  Por tanto, yo te aconsejo que de m’ compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergŸenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sŽ, pues, celoso, y arrepiŽntete.

 

Un alma vale mas que todo el mundo, y tenemos que vivir tratando de salvar las.  Si esto es tu deseo, entonces quiero orar por ti.              Vamos a Orar