17 de febrero de 2013

 

ÒLev‡ntateÓ

Jon‡s 1:1-17

 

Vamos al libro de Jon‡s, capitulo uno.  Esto puede tomar un momento porque es uno de los libros mas dif’ciles de encontrar en toda la Biblia.  Jon‡s, capitulo uno.

 

Ayer estuvimos evangelizando en la Calle Cuatro de Santa Ana.

En realidad yo he ido all’ casi cada s‡bado desde la temporada de la navidad.  Y realmente no invitŽ a nadie, fui solo.  Una hermana me pidi— a que hora iba estar all‡, y de repente ayer aparec’a casi la mitad de nuestra iglesia estaba all’ conmigo.

 

Estuvimos hablando con gente, pasando folletos de la ley y del evangelio, billetes, moneditas.  Estuvimos hablando con gente, con nuestras Biblias abiertas en las manos.  (Jon‡s capitulo uno).  Hasta los boletines viejos, estaban convertidos en folletos evangŽlicos.

 

Y hab’an personas de otras iglesias muchas all‡ con nosotros.  Y como sabes, hay personas de muchas cuidadse diferentes visitando la calle cuatro en un s‡bado soleado como ayer.

Fue glorioso, a Dios sea la gloria.

 

Y si te parece extra–o que tantas personas de las iglesias estaban afuera hablando del evangelio, como que no ten’an cosas mas importantes que hacer, entonces tal vez est‡s pensando mas en tŽrminos de las tradiciones modernas, y no en tŽrminos de las Santas Escrituras.

 

Es triste, pero parece que ÁJon‡s tiene mas seguidores en las iglesias modernas, que Cristo mismo tiene!

 

Cristo quiere que su mensaje sea proclamado.

 

Haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 2 Timoteo 4:5

 

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15

 

!ay de m’ si no anunciare el evangelio! 1 Corintios 9:16

 

ÁJon‡s Capitulo Uno!

 

1) No sabemos nada de su familia, de Amitai, pero Jon‡s si est‡ mencionado en 2 Reyes 14.  Jon‡s vino del norte de Israel cuando el reino estaba dividido, y cuando el pueblo estaba bastante rebelde.

 

2) ÁLev‡ntate! Es la palabra presentada a Jon‡s, y tal ves el Esp’ritu de Dios quiere decir te a ti tambiŽn, ÁLev‡ntate!

 

2) Hab’a mucha maldad en N’nive, como que hay mucha maldad en nuestras granes ciudades.  Hab’a inmoralidad sexual, abusos de mujeres y de ni–os, crueldad, gente haciendo cualquier cosa para dinero.  Hab’a brujer’a y toda forma de religi—n falsa.  Como vimos en GŽnesis 10, esta cuidad fue formada por Nimrod, el gran inventor de religiones falsas.

 

2) Jon‡s no solamente tenia que ir y predicar las buenas nuevas, sino que tenia que Òpregonar en contraÓ de ellos.  Y esto es la raz—n de que no solamente vayamos predicando el evangelio, sino que tambiŽn predicamos la ley, los diez mandamientos, para provocar la conciencia, antes de aplicar la medicina.

 

Efesios 5:11   Y no participŽis en las obras infructuosas de

las tinieblas, sino m‡s bien reprendedlas.

 

ÀTe sientes incomodo con este concepto?  Tienes mucha compa–’a. Tal vez eres mas seguidor de Jon‡s, que de Cristo.

 

3) Jon‡s se levant—, y a lo mejor tu tambiŽn vas a levantar, Àpero para que?  En vez de ir a N’nive, como Dios mand— se fue en la direcci—n opuesta, lejos, al oeste de lo que es ahora Espa–a.

 

Y dice dos veces que se fue lejos de la presencia del Se–or.

 

Yo creo que ten’amos tantos hermanos ayer en las calles, por la oraci—n claro, pero tambiŽn porque cuando estamos sirviendo al Se–or en obediencia, se siente su presencia.

 

Y no es solamente en el evangelismo, sino tambiŽn dando comida a los desamparados, o visitando a los huŽrfanos en Chiapas.  Sirviendo al Se–or en amor, se siente su presencia.

 

Huyendo de nuestro deber, tambiŽn huyamos de su presencia.

Pregunta: Hermana, hermano, ÀEres tu huyendo de la presencia

del Se–or en esta ma–ana?

ÀTienes tu siempre cosas mas importantes que hacer que servir a tu Rey, tu Salvador tu creador? Si es as’, solamente tengo una palabra para ti.  ÁLev‡ntate!

 

4) Dios no solamente tiene el poder de calmar la tempestad, sino que Dios puede mandar una tempestad a tu vida, si es necesario.  ÀEs esto lo que est‡s buscando?

 

5) Normalmente los marineros con experiencia burlan de los j—venes que tienen miedo, experimentando su primera tormenta.  Pero esta vez, aun los viejos, con muchas dŽcadas de experiencia sobre las aguas, sab’an que era algo extra–o, y sumamente peligroso.

 

5) ÁY fue costoso!  El prop—sito de su viaje estaba para ganar dinero, llevando cosas de valor a otras partes, pero ahora tiraban esa carga preciosa al mar, para salvar sus propias vidas.

 

Hermano, si tu crees que tienes que huir de Dios, abandonar tus deberes en la fe para ganar dinero, puede ser que estas bien equivocado.  Huir de la presencia de Dios puede estar costoso para ti, y costoso para otros.

 

5) Jon‡s estaba durmiendo durante todo esto, negando que aun hab’a un problema.  Como que estaba pensando, ÒNo pasa nada, no pasa nadaÓ, Òyo no soy el problemaÓ, Òotros han pecado mas que yoÓ.

 

Tal vez tu estas pensando, ÒCristo tambiŽn se durmi— en una barcaÓ.  Pero Cristo dorm’a porque el cansancio de anunciar tanto las buenas nuevas, y Jon‡s dorm’a huyendo de su deber de anunciar.  ÀAhora pues, cual eres tu?  ÀEres mas bien un seguidor de Jon‡s o de Cristo?

 

6) El capit‡n de una barca es como el gobierno.  De una barca peque–a es como un alcalde.  De una barca grande es como un gobernador.  A veces pueden hasta casar parejas.

 

Tienen autoridad.  ÀY que dice ese magistrado de las aguas al profeta rebelde.  ÁLev‡ntate!  Y tal vez el Esp’ritu de Dios dice esto a ti en esta ma–ana, hermana, hermano.

 

Y que iron’a, que el capit‡n incrŽdulo, ahora estaba ordenando el gran Òhombre de DiosÓ a orar. 

 

Y esto puede pasar contigo, si insistes en huir de la presencia de Dios, hasta los incrŽdulos te van a rega–ar.

 

7) A lo mejor todos pensaban, ÒClaro yo soy culpable pero a lo mejor otros son mas culpables que yoÓ.  Y por esto nadie querr’a confesar.

 

Seguramente un marinero estaba enga–ando a su esposa, otro era ladr—n, otro un idolatra.  Pero nadie querr’a confesar.

 

La œnica manera de descubrir el ofensor era echar suertes.

 

Proverbios 16:33     La suerte se echa en el regazo;

                     Mas de Jehov‡ es la decisi—n de ella.

 

7) Jon‡s pens— que se pudiera escapar se, negando su culpabilidad, pero no fue posible. Y tu tampoco podr‡ mantener el secreto por mucho tiempo si est‡s huyendo de tu deber con Dios.

 

8) Estos est‡n un poco misericordioso con Žl.  (Aunque Jon‡s no tenia ninguna misericordia por la gente de N’nive).  Lo que Jon‡s hizo ya estaba cost‡ndolos mucho dinero, y hasta poniendo sus vidas en peligro.

 

Pero ellos estaban bastante civiles con Žl, trat‡ndolo con respeto.

 

8) F’jate como la primera pregunta era ÒÀQue oficio tienes?Ó

Esto es como preguntar, ÒÀCual es tu trabajo?Ó.  ÀY que pudo responder Jon‡s, soy profeta, huyendo de la tarea mas grande de me vida?  ÀHuyendo del prop—sito por lo cual Dios me hizo y me prepar— todos estos a–os, y ahora estoy abandonado todo?

 

Hermano, hermana, tu no puedes escapar la llamada de Dios, es inœtil, intentarlo.

 

9) ÀTemo a Jehov‡?  ÁUna extra–a manera de expresar lo!

 

Y cuando dice Òel Dios de los cielos que hizo el mar y la tierraÓ.  No era como los dioses rid’culos de estos paganos. 

 

No era como los dioses de una religi—n falsa, dioses falsos propagados por Nimrod u otros enga–adores.  Estaba hablando del Dios grande.  El que abri— el mar rojo para el escape de Egipto.  El que ayud— a JosuŽ aplastar los habitantes de Jeric—, y del resto de Cana‡n.

10) Ahora los marineros no solamente tem’an una tempestad extraordinaria, sino el l’o, que ten’an al borde por un profeta rebelde.  Eran bien perplejos.

 

10) Es como que era incre’ble, como pudiera hacer algo tan necio, tan costoso, algo tan vergonzoso, como huir de la presencia del Dios omnipotente.  Esa rebeli—n era una locura.

 

Y como ellos preguntaron a Jon‡s, yo te pregunto a ti, si tu eres su seguidor, en esta temporada de tu vida.

 

ÀPor quŽ has hecho esto? ÁLev‡ntate!

 

11) Ellos aun est‡n muy suaves con Žl.  En vez de matar lo inmediatamente por la gran perdida de dinero, y por poner las vidas de todos en peligro, aun lo dejan hablar.

 

Ojala que tu puedes encontrar tanta comprensi—n si sigas en tu rebeli—n.

 

11) Ellos siempre sospechaban que todo ese problema era provocado por el pecado de alguien, como sospechaban a Pablo en la isla de MaltaÉ

 

Hechos 28:4-5  Cuando los naturales vieron la v’bora colgando

de su mano, se dec’an unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.  Pero Žl, sacudiendo la v’bora en el fuego, ningœn da–o padeci—.

 

Y si Satan‡s tiene a tus manos atados con una v’bora semejante, ojala que puedes tirar la en el fuego tambiŽn para que puedes otra vez poner las manos a la obra.

 

12) ÁPor fin! ÁPor fin hay un poco de arrepentimiento, un poco de confesi—n en el esp’ritu de Jon‡s.  Ya sabe que no puede huir mas, ha llegado al fin de la soga.

 

No hab’a otra manera de escapar.  ÀY tu hermano, hermana?  TambiŽn vas a esperar hasta el ultimo momento, para arrepentir te como Jon‡s, si aun eres uno de sus seguidores modernos?  O vas a recapacitar mientras aun hay tiempo.

 

Lecci—n:  La rebeli—n puede estar muy costoso.  La rebeli—n puede llevar te a condiciones muy incomodas.

 

Proverbios 13:15b    El camino de los transgresores es duro.

 

13) ÁEllos no querr’an matar a Jon‡s! Mostraban misericordia a Žl.  (Aunque Žl no tenia la menor misericordia para los habitantes de N’nive, como tu no tienes misericordia para compartir el mensaje con los que Dios ha puesto alrededor de ti, si eres su seguidor).

 

13) Otra cosa que te puedes aprender aqu’.  Mientas tu niegas tu rebeli—n, haciendo excusas, todos estar‡n en tu contra.  Pero cuando por fin te confiesas, todo el mundo te quiere ayudar.

 

Pero ni modo, Dios tiene un plan en todo esto.  Si o si, Jon‡s va a N’nive.  Y tarde o temprano, tu tambiŽn tendr‡s que ceder.

 

14) ÀQue iron’a? Estos marineaos ignorantes, reconocen la soberan’a de Dios mas que Jon‡s.  Ellos saben que Dios est‡ en control, y que el plan de Dios tiene que cumplirse.

 

Pero Jon‡s rechaz— la soberan’a y la autoridad de Dios.  Tal vez pens— como MoisŽs en una ocasi—n. ÒAy Dios, manda a otra persona, ese trabajo no es para miÓ.

 

(Como tu tambiŽn, quiz‡s estas pensando, Òsi Se–or mi cu–ado tiene que escuchar la verdad, pero que no sea yo, manda a otro).  Si tu eres, en realidad un seguidor de Jon‡s.

 

15) Inmediatamente el mar se aquiet—.  Esto era fenomenal.  Al lo mejor la noticia de esto paso a todas partes, a todas las cantinas alrededor del mar Mediterr‡neo. Hasta a N’nive.

 

Como Cristo calm— la tormenta con una palabra, era f‡cil para Dios cancelar las olas, cuando por fin, el mar tenia lo que querr’a, lo que buscaba.

 

16) Tal vez no sab’an mucho de la religi—n de estos Jud’os, pero sab’an algo.  Daban gracias y tal vez ofrecieron animales que ahora eran muy valiosas despuŽs de perder tanto.

 

Hicieron votos, tal vez de no enga–ar a sus esposas mas, o de no emborrachar se tanto.  Solamente Dios sabe si se quedaron fieles a estas promesas.

 

17) Bueno hay mucho mas de esta historia, pero para cumplir la tendr‡s que regresar a la presencia del Se–or y no huir.

Pero una cosa podemos observar.  Jon‡s no tenia ningœn problema encontrando una barca para huir, lo encontr— luego luego.  Es mas, tenia el dinero que necesitaba para todo.

 

Y a veces hay hermanos, hermanas, que creen que si la circunstantes est‡n ayudando les en su pecado, en su rebeli—n, entonces realmente Dios no est‡ en contra.

 

Si parece que se puede salir con la suya, tal vez Dios no har‡ nada, tal vez es realmente un pecado bastante peque–o.

 

                               pausa

 

Ten cuidado, es mas probable que Dios tiene una gran tempestad ya en la preparaci—n, y tambiŽn hay un gran pez esperando te.  Dejes de dormir, hermana, hermano,

 

Álev‡ntate!.

 

*-------------------------- Doctrina -----------------------

Si has prestado atenci—n, en esta ma–ana, has visto que la el evangelio de Cristo est‡ en todas partes de esa historia. 

 

Los soldados echaron suertes en frente de Cristo, lo marineros echaron suertes en frente de Jon‡s. 

 

Cuando los marineros ten’an que por fin matar a Jon‡s, tirando lo al mar eran como Poncio Pilato.

 

Mateo 27:24    Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se

hac’a m‡s alboroto, tom— agua y se lav— las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; all‡ vosotros.

 

Cristo dio su vida en rescate por muchos, Jon‡s quiso morir en vez de ver todos los marineros perecer por naufrago.

 

Y por supuesto, Jon‡s es una representaci—n de la resurrecci—n.

 

*-------------------------- Aplicaci—n ---------------------

 

Mateo 12:38-41 Entonces respondieron algunos de los escribas

y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti se–al.  39 El respondi— y les dijo: La generaci—n mala y adœltera demanda se–al; pero se–al no le ser‡ dada, sino la se–al del profeta Jon‡s.

 

Tal vez tu eres uno de estos modernos que dicen ÒÁMira! No me hables del pecado, no me hablas del d’a del juicio, ni de la necesidad del arrepentimiento, y por supuesto ni te atreves mencionar el infierno!Ó

 

ÒYo vengo a la iglesia para ver se–ales y maravillas, milagros y cosas extraordinarias.Ó

 

Solamente puedo repetir las palabras de Cristo.

 

Mateo 12:39-41 La generaci—n mala y adœltera demanda se–al;

pero se–al no le ser‡ dada, sino la se–al del profeta Jon‡s.  Porque como estuvo Jon‡s en el vientre del gran pez tres d’as y tres noches, as’ estar‡ el Hijo del Hombre en el coraz—n de la tierra tres d’as y tres noches.  Los hombres de N’nive se levantar‡n en el juicio con esta generaci—n, y la condenar‡n; porque ellos se arrepintieron a la predicaci—n de Jon‡s, y he aqu’ m‡s que Jon‡s en este lugar.

 

Si tu eres un seguidor moderno de Jon‡s, lo que Dios est‡ buscando no son tus pretextos sino tu arrepentimiento.

 

Y si est‡s dispuesto a recapacitar, lev‡ntate, quiero orar por ti.

 

Vamos a Orar..