2 de diciembre de 16

 

El Poder De La Hermandad

Salmos 133:1-3

 

Salmos 133:1-3

 

Muy temprano en la historia del mundo, despuŽs del gran diluvio de NoŽ, el mundo estaba bien unido, pero estaba unido en su rebeli—n y en su maldad.

 

GŽnesis 11:1-9 Ten’a entonces toda la tierra una sola lengua

y unas mismas palabras.  Y aconteci— que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron all’.

 

Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y coz‡moslo con fuego. Y les sirvi— el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

 

Y dijeron: Vamos, edifiquŽmonos una ciudad y una torre, cuya cœspide llegue al cielo; y hag‡monos un nombre, por si fuŽremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

 

Y descendi— Jehov‡ para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

 

Y dijo Jehov‡: He aqu’ el pueblo es uno, y todos Žstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les har‡ desistir ahora de lo que han pensado hacer.

 

Ahora, pues, descendamos, y confundamos all’ su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compa–ero.

 

As’ los esparci— Jehov‡ desde all’ sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

 

Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque all’ confundi— Jehov‡ el lenguaje de toda la tierra, y desde all’ los esparci— sobre la faz de toda la tierra.

Cuando Dios consider— el plan de estos rebeldes, su torre para llevar acabo practicas paganas, como era comœn en el mundo antiguo, se not—, su unidad.

 

Dijo, Òel pueblo es unoÓ.  Y unificados, eran capaz de lograr su gran rebeli—n, y no salir esparcidos sobre la faz de la tierra.

 

Y para corregir la situaci—n, Dios tenia que confundir sus lenguas, no quitando la capacidad de comunicar, sino restringiendo la comunicaci—n a diferentes grupos, para forzar la dispersi—n de las personas.

 

En su gran unidad, hab’a poder, y por esto Dios tenia que terminar con su unidad.

 

Mas tarde en los tiempos de Abraham, este gran hombre y su sobrino Lot estaban prosperando, pero de repente, ten’an sus conflictos entre sus siervos.

 

GŽnesis 13:6-8 Y la tierra no era suficiente para que

habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no pod’an morar en un mismo lugar.

 

Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra.

 

Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.

 

Por la contienda, para evitar conflictos, estos dos hermanos ten’an que separar se.  Y en un sentido, la separaci—n era costosa.  Lot el mas joven, ca’a bajo la influencia de los de Sodoma.  Y hasta fue secuestrado en un conflicto, y Abraham tenia que involucrar se en una guerra para rescatar a su sobrino.  La falta de unidad era costosa.

 

Mas tarde en el libro de Jueces hab’an grandes conflictos entre las tribus que supuestamente representaban a Dios en el mundo.  Tan duro eran las batallas que Benjamin, como tribu era bien reducida.  El ultimo verso del libro nos da las razones.

 

Jueces 21:25   En estos d’as no hab’a rey en Israel;

               cada uno  hac’a lo que bien le parec’a.

 

En el tiempo de David, hab’a conflictos anticipando el tiempo en que David iba a tomar el trono.  Y una vez como rey y cayendo en el pecado, David vio conflictos extremos entre sus hijos por muchos a–os.  Hay una gran conexi—n entre el pecado y la falta de unidad.

 

El punto de toda esa introducci—n es, que la belleza, la bendici—n y el poder de la unidad, es una cosa rara, aun para los que compongan el pueblo de Dios.

 

1) !!Mirad cu‡n bueno y cu‡n delicioso es habitar los hermanos juntos en armon’a!

 

Estamos llegando a los œltimos de los salmos graduales, los que se cantaban como peregrinos llegando a Israel varias veces al a–o.

 

Y es posible que cantaban este Salmo cuando finalmente llegaban al templo, donde estaban con cientos de otros, todos en paz, todos dispuestos a vivir en armon’a, porque estaban all‡ para adorar a Dios como su rey.

 

Es probable que David compon’a esa canci—n durante un tiempo de paz y unidad que llegaba, despuŽs de tomar el trono.

 

Y no lo tom— la unidad por sentado, porque sabia que entre los hombres con sus egos grandes, la armon’a no era, realmente, tan comœn.

 

1) !!Mirad cu‡n bueno y cu‡n delicioso es habitar los hermanos juntos en armon’a!

Hab’a un poder en la armon’a.  No como los de Babel en su rebeli—n, sino como hermanos tratando de trabajar juntos, y construir un pueblo poderoso, todos ayudando los unos a otros.

 

DespuŽs de David, en el tiempo de Salom—n, hab’a gran unidad, paz y cooperaci—n.  Y bajo estas circunstancias se construyeron, mucho, incluyendo el gran templo, que era famoso en el mundo antiguo.

 

TambiŽn en la temporada de Salom—n, hab’a gran prosperidad econ—mica y una falta de guerras.  Esto es el poder de la hermandad bendecida.

 

1) !!Mirad cu‡n bueno y cu‡n delicioso es habitar los hermanos juntos en armon’a!

2) Es como el buen —leo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, La barba de Aar—n, Y baja hasta el borde de sus vestiduras;

 

Esto estaba hablando de un momento especial cuando Aar—n estaba instalado como sumo sacerdote.  Era otro momento de gran unidad en el pueblo de Dios.

 

Aquel —leo era muy especial y no se pudiera usar lo para cualquier evento.

 

Lev’tico 8:10-12     Y tom— MoisŽs el aceite de la unci—n y

ungi— el tabern‡culo y todas las cosas que estaban en Žl, y las santific—.

 

Y roci— de Žl sobre el altar siete veces, y ungi— el altar y todos sus utensilios, y la fuente y su base, para santificarlos.

 

Y derram— del aceite de la unci—n sobre la cabeza de Aar—n, y lo ungi— para santificarlo.

 

Tenia un olor especial como lo que fue derramado sobre los pies de Cristo, llenando la casa con su fragancia.

 

Pero era un crimen grave, emplear ese —leo para otros prop—sitos.

 

ƒxodo 30:30-33 Ungir‡s tambiŽn a Aar—n y a sus hijos, y los

consagrar‡s para que sean mis sacerdotes.  Y hablar‡s a los hijos de Israel, diciendo: Este ser‡ mi aceite de la santa unci—n por vuestras generaciones.

 

Sobre carne de hombre no ser‡ derramado, ni harŽis otro semejante, conforme a su composici—n; santo es, y por santo lo tendrŽis vosotros.

 

Cualquiera que compusiere ungŸento semejante, y que pusiere de Žl sobre extra–o, ser‡ cortado de entre su pueblo. 

 

ÀCual es el punto? 

 

 

Cuando tu puedes observar la unidad en una iglesia, o en una familia Cristiana, o hasta en un negocio Cristiano, tienes que reconocer que no es normal, sino que es evidencia de una gran bendici—n de Dios.

 

Y la Biblia nos exhorta a mantener y preservar ese don.

 

Efesios 4:1-6  Yo pues, preso en el Se–or, os ruego que

andŽis como es digno de la vocaci—n con que fuisteis llamados,  con toda humildad y mansedumbre, soport‡ndoos con paciencia los unos a los otros en amor,  sol’citos en guardar la unidad del Esp’ritu en el v’nculo de la paz; un cuerpo, y un Esp’ritu, como fuisteis tambiŽn llamados en una misma esperanza de vuestra vocaci—n; un Se–or, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

 

La iglesia es santa, y cuando hay unidad entre hermanos, es un testimonio para el mundo, para los de afuera que hay algo especial aqu’.

 

Juan 13:35 En esto conocer‡n todos que sois mis

disc’pulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

 

As’ que todos los hermanos, las hermanas, los j—venes y hasta los ni–os tienen una obligaci—n de intentar preservar y hasta mejorar la unidad de la iglesia.

 

3) Como el roc’o de Herm—n, que desciende sobre los montes de Sion; Porque all’ env’a Jehov‡ bendici—n, Y vida eterna.

 

El roc’o era muy importante en Israel, cerca de los desiertos.  Y cayendo sobre los montes, se hizo posible la capacidad de plantar frutas y legumbres valiosos.

 

Otra vez, la unidad est‡ presentada como la bendici—n de Dios.  O como termina la canci—n, es evidencia de la presencia de la vida eterna.

 

Cualquier hip—crita puede emplear el vocabulario Cristiano, ÒaleluyaÓ, Òque Dios te bendigaÓ, ÒamenÓ, ÒamenÓ.  Pero para vivir a–o tras a–o en la unidad, en la humildad necesaria para producir la unidad, es necesario vivir guiados por el Esp’ritu Santo, y esto es la evidencia de la vida eterna.

*------------------------- Aplicaci—n ----------------------*

 

1) No solamente en la iglesia,  sino tambiŽn en la casa.

 

A veces hay hermanos, o hermanas que pueden portar se muy bien en la compa–’a de la iglesia, en publico.  Pero una vez en casa, se conviertan en personas diferentes, capases de levantar la voz, o insultar o hasta salir con amenazas.

 

Pero hermanos, la unidad Cristiana aplica tambiŽn a la casa.  Especialmente si tienes hijos viviendo a tu lado.  Presentando a los hijos hacemos promesas de dar les un buen ejemplo de la vida Cristiana.  ÀLo estamos haciendo?

 

Si el hermano no puede vivir en paz con su esposa, su situaci—n es grave y peligrosa, porque esto puede hasta da–ar su capacidad de orar.

 

1 Pedro 3:7    Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas

sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso m‡s fr‡gil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

 

Y si la hermana se convierta en una fiera en casa, despuŽs de sonre’r a todos en la casa de Dios, entonces posiblemente se sentir‡ vergŸenza leyendo el libro de proverbios a sus hijos.

 

Proverbios 21:9 Mejor es vivir en un rinc—n del terrado

                     Que con mujer rencillosa en casa

                     espaciosa.

 

Proverbios 27:15     Gotera continua en tiempo de lluvia

Y la mujer rencillosa, son semejantes.

 

Pregunta: ÀTienes tu contiendas en el caro llegando a la iglesia?

 

2) La mejor manera de responder a una contienda.

 

Cuando viene la contienda, normalmente, por nuestra arrogancia, nuestra soberbia, vamos a presumir que nosotros tenemos la raz—n, por nuestro gran intelecto, y que la otra persona est‡ equivocada.

 

Y por esto las contiendas pueden continuar, produciendo mas heridos en la casa.

 

Pero meditando en la santa cena, que celebraremos en dos d’as, est‡ bien recordar lo que los ap—stoles dijeron cuando escucharon que alguien iba a traicionar su Se–or.

 

Mateo 26:19-22 Y los disc’pulos hicieron como Jesœs les

               mand—, y prepararon la pascua.  Cuando lleg—

               la noche, se sent— a la mesa con los doce.

 

Y mientras com’an, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

 

Y entristecidos en gran manera, comenz— cada uno de ellos a decirle: ÀSoy yo, Se–or?

 

Esto es algo que podemos aplicar en nuestras casas, o en el caro llegando a la iglesia. 

 

Cuando est‡ evidente que tu familia est‡ traicionando al Se–or, y a los hijos j—venes con una gran contienda...

 

Antes de concluir que tu tienes la raz—n, siempre, puedes responder con una breve oraci—n, ÀAcaso soy yo?

 

ÀSe–or, es posible que yo soy el problema en esta situaci—n fea, y acaso hay una manera de que yo pudiera calmar la situaci—n, tal vez no respondiendo, tratando de defender mi posici—n hasta que todo sea mas calmado?

 

------------------------- Conclusi—n -----------------------*

 

ÀCu‡l es el ejemplo mas grande de la unidad en la Biblia?

 

Cristo oraba por la oraci—n de su iglesia, la uni—n y la paz en la iglesia era una gran prioridad para el Se–or.

 

Juan 17:20-23  ÈNo ruego s—lo por Žstos. Ruego tambiŽn por

los que han de creer en m’ por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, as’ como tœ est‡s en m’ y yo en ti, permite que ellos tambiŽn estŽn en nosotros, para que el mundo crea que tœ me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, as’ como nosotros somos uno:  yo en ellos y tœ en m’. Permite que alcancen la perfecci—n en la unidad, y as’ el mundo reconozca que tœ me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a m’.

 

 

El ejemplo mas grande de la unidad en la Biblia, est‡ entre el Padre, el Hijo y el Esp’ritu santo.  La trinidad es nuestro ejemplo de la unidad perfecta.

 

Aprendiendo de ese gran Dios, debemos de reflejar esa unidad en la vida diaria. 

 

Cristo entendi— el poder de la hermandad.  La unidad era una gran prioridad para Žl.  Y con el Esp’ritu Santo la unidad de la iglesia y de la familia est‡ posible.

 

Si es tu deseo, vivir en esta unidad, dando un buen testimonio a tus hijos y a los de afuera, puedes pasar al frente en unos momentos y querremos orar para ti.

 

El d’a de la Santa Cena se acerca, y queremos acercar nos a la Mesa Santa, en la unidad del Esp’ritu, que es la evidencia de la vida eterna.

 

Vamos a Orar